Un miembro de la familia del joven chiita Ali al Nimr, menor en el momento de su detención en 2012 y luego condenado a muerte en Arabia Saudita, dijo que el gobierno toma «muy en serio» la aplicación de la pena.
«El gobierno es serio, muy serio» sobre la ejecución de Ali al Nimr, dijo a la AFP su tío Jaffar al Nimr, según el cual el condenado no habla con su familia desde hace dos semanas y fue sometido a un control médico.
«Es quizá la rutina antes de ser ejecutado» añade Jaffar al Nimr.
El caso de Ali al Nimr, que tenía 17 años cuando fue detenido por haberse manifestado contra las autoridades saudíes, generó gran indignación en el mundo, con campañas para pedir al gobierno saudí que suspendiera la ejecución.
Según militantes, Ali al Nimr es uno de los tres chiitas menores en el momento de los hechos que ha agotado todas las vías de recurso contra su condena a muerte.
El rey Salman tiene ahora la última palabra sobre la ejecución de las condenas a muerte.