Con el cabello trata de tapar su rostro, su mirada evidencia la desconfianza y sobre todo el temor de haber acudido a una audiencia. Mayra, nombre protegido, con apenas 13 años asegura que es la primera vez que ha asistido a la Junta de Protección de derechos de su cantón.
Sus ojos se llenan de lágrimas al relatar que tiene varios problemas y no sabe cómo solucionarlos, más aún cuando las peleas y el maltrato con su madre son constantes.
“Me trajo una vecina” aseguró, al tiempo de explicar que frecuentemente su madre la golpea y le pide que “se largue de la casa”.
Esta es la realidad que viven cientos de niños y adolescentes a nivel nacional, así lo refleja un informe elaborado por la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen).
El documento señala que a solo en enero y febrero del 2021 la Dinapen a escala nacional ha recibido 210 denuncias de maltrato infantil, de esta cifra apenas el 0,89% pertenecen a Tungurahua lo cual refleja, según el informe, la escasez de denuncias que existe en esta provincia.
En el mismo informe se indica que el 74% de los casos de maltrato son ocasionados por los padres de familia.
Mientras que los datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) revelan que, en Ecuador, cuatro de cada 10 niños y adolescentes han recibido maltrato físico por parte de sus padres, quienes, a su vez, también sufrieron algún tipo de violencia en su niñez.
EL DATO Maltrato infantil es un delito y es penado.
Quiénes pueden denunciar
Edén Viteri, jefe de la Dinapen en Tungurahua, manifestó que cualquier persona que tenga conocimiento que el menor está sufriendo cualquier tipo de maltrato debe hacer la denuncia, incluso el mismo niño o adolescente víctima de este problema.
Recordó que la denuncia se puede hacer mediante varias vías, entre ellas llamando al ECU 911, directamente a la Dinapen, por intermedio de las Juntas Cantonales de Protección de Derecho o la Fiscalía.
El oficial de Policía aseguró que existe desconocimiento y familias que mantienen esa cultura de maltrato haciendo que se normalice el problema y por ende no se denuncie.
Según el uniformado es importante cortar ese círculo de violencia, por lo que hizo un llamado romper el silencio, ya que incluso se cuenta con la reserva de la identidad del denunciante.
“Hacemos un llamado a la ciudadanía que si conoce cualquier tipo de violencia a los niños a que haga la denuncia respectiva y se manejará toda la reserva. Lo importante es evidenciar el problema”, dijo.
TOME NOTA Este problema se puede denunciar en Fiscalía, a través del ECU 911, en la Dinapen o en las Juntas Cantonales de Protección de Derechos.
Análisis
Oscar Pérez, psicólogo clínico aseguró que la violencia ejercida de padres a hijos parte de la incapacidad del adulto de responder adecuadamente a una situación grave o sencilla de resolución de problemas y más fácil anularle al más indefenso, en este caso el niño.
“Se visibiliza los traumas del adulto, en por qué castiga de esta manera, en lugar de corregir y educar, con la excusa de la disciplina se violenta ejerciendo una relación de poder del más fuerte sobre el más débil”, dijo Pérez.
Asegura que el maltrato no solo está normalizado está ‘normatizado’, es decir que los adultos se basan en teorías que promueven el maltrato.
Tanto Pérez como Viteri, aseguran que es un deber de la sociedad el velar por el bienestar de los menores, por lo que es una obligación denunciar si conoce, en su entorno familiar o en la localidad que se reside, sobre casos de maltrato infantil. (FCT)
TOME NOTA Los golpes en los niños desembocan en ansiedad, depresión, diabetes, obesidad y baja autoestima.
Qué es el maltrato
Maltrato son todas las circunstancias que generan malestar en el niño, en su autonomía, autoestima y sus condiciones propias a nivel cronológico.
“Si un sinónimo de ejercer disciplina es una nalgada, hay que cuestionarse si un golpe es un sinónimo de cuidado. Además, los niños son el síntoma del adulto, es decir reflejan sus traumas, temores e inconvenientes emocionales y a través del maltrato al menor intentan aliviar su angustia”, especificó Oscar Pérez, psicólogo clínico.
Pérez señala que una de las mejores formas de educación es la comunicación, escuchar a los niños y guiarles a través de la formación, paciencia y amor.