Adolescentes obligados a un cambio drástico

Necesidad. La necesidad de interacción hace que busquen alternativas.

Le mata no poder salir al menos los fines de semana con sus amigas. Para ella apenas si estaba descubriendo el mundo, pero la pandemia lo echó todo a perder.

Cristina de 15 años siente que el Covid-19 le quitó lo poco que tenía fuera de la familia. Asegura que si bien sus hermanos menores de 10 años reciben mucha atención y cuidan que no se vulneren sus derechos, siente que a ella nadie le prestaba atención y con la pandemia esta realidad fue más notoria.

Cristina comenta que antes le encantaba reír, abrazarse con sus amigas en el colegio e incluso se reunían con más adolescentes en una especie de grupo juvenil. “Eran los sábados, ahí discutíamos, compartíamos anécdotas, pero con la pandemia ya no se pudo”, dijo al tiempo de asegurar que ahora pocas son las opciones que brindan esta experiencia.

Es por ello que de la mano de sus padres ha buscado organizar su tiempo como una forma de adaptación a la nueva realidad que se vive, así en la mañana ingresa a clases virtuales, mientras que cerca del medio día acompaña a sus padres a las labores de venta de artículos de limpieza.

En la tarde desarrolla sus tareas y cerca de las 16:00 es una buena hora para chatear con sus amigas, “me gustaría salir y reunirme con mis amigos, pero sé que aún no se puede y que sería muy riesgoso. Lo hacemos a través de mensajes con emoticones, stickers e incluso en los juegos en línea”, comenta. (FCT)