3 de cada 10 niñas y adolescentes conocen de métodos anticonceptivos

PROYECTO. Niñas de colectivos y representantes de las instituciones que realizaron el estudio, durante su presentación.
PROYECTO. Niñas de colectivos y representantes de las instituciones que realizaron el estudio, durante su presentación.

La vida sexual en mujeres empieza a los 14 años. Sin embargo, no existe una política sobre sexualidad informada.

Un análisis rápido de género reveló que la pandemia ha significado un retroceso en los derechos de niñas y adolescentes en Ecuador, en frentes social, económico, educativo y reproductivo.

Embarazos adolescentes y poca información

El análisis se realizó en nueve provincias (Sucumbíos, Carchi, Chimborazo, Cotopaxi, El Oro, Guayas, Imbabura, Manabí y Pichincha), con 1.200 mujeres menores de 18 años.

El 60% de las encuestadas tuvo su primera relación sexual entre los 14 y 16 años, pero solo el 31,2% conoce sobre los métodos anticonceptivos.

Anahi Almeida, asesora nacional de género de Plan Internacional, menciona que las falencias en educación sexual no son una competencia solo del Estado. “Estamos en una sociedad que tiene súper arraigados estos patrones socioculturales en los que construye temas tabúes, sobre los que no se debe hablar”.

Tabúes sobre sexualidad

Los tabúes sobre la sexualidad se constituyen cuando se la aborda desde los prejuicios o con percepciones personales. Cuando en realidad “si estamos en un Estado laico, la educación integral de la sexualidad tiene que ser una educación laica”, menciona Almeida.

La transformación en la educación — señala Almeida— es un primer paso hacia una sexualidad informada, algo que hoy no existe y que se refleja en que Ecuador es el segundo país de la región con la tasa más alta de embarazos adolescentes.

“Un embarazo adolescente limita las oportunidades de las niñas de manera categórica”, destaca Almeida.

Sexualidad informada no impulsa tener sexo

Almeida menciona que la sexualidad debe ser impartida en la malla curricular desde la infancia, pues, cuando una niña sabe el nombre de las partes de su cuerpo y que este es un espacio que nadie puede tocar se puede prevenir la violencia sexual. “Hablar de manera integral de la sexualidad, previene la violencia sexual. Te da insumos para que tomes decisiones informadas”.

Para la experta en género se debe erradicar la idea de que tener información motiva a las adolescentes a iniciar su vida sexual antes; porque como indica el estudio ya inician su vida sexual entre los 14 y 16 años. “ La diferencia es que si tienen todas las herramientas necesarias pueden vivir esta vida sexual de manera informada, con herramientas para protegerse y prevenir el embarazo en adolescentes”.

Esteban Rosales, ginecólogo, señala que la educación sexual se ha estancado. “Padres y educadores quieren promover el tema de la abstinencia. Es más, casi que la exigen y eso hace que los jóvenes que deciden iniciar su vida sexual no tomen o no sepan las precauciones del caso”.

Rosales explica que una educación sexual de calidad debe contemplar criterios de género, diversidad, placer y salud sexual y reproductiva.

Retroceso de derechos

 El estudio ‘retroceso en derechos de niñas y adolescentes a partir de la pandemia’, actualizado en julio de 2021, centró su análisis en las categorías:  medios de vida, salud, nutrición y seguridad alimentaria, trabajo infantil, educación y violencia basada en género.

El informe detalla que las medidas de confinamiento y protección durante la crisis sanitaria impactaron significativamente a las niñas y adolescentes. Inseguridad alimentaria; violencia de género física, sexual, verbal y psicológica; aumento de responsabilidades y tareas domésticas; y malas condiciones de las viviendas son parte de los problemas que enfrenta a diario esta población.

“El estudio devela un incremento de las barreras para el pleno ejercicio de los derechos de las niñas y adolescentes, agravando y perpetuando las brechas de acceso a salud, educación, alimentación y sistemas de protección social. Las adolescentes entre 16 a 18 años son las más afectadas, los indicadores muestran que las carencias, en todos los aspectos, se agudizan”, dice Rossana Viteri, directora de Plan International.

Según World Vision, en el 2020, 420 mil niños, niñas y adolescentes se encontraban en situación de trabajo infantil, si bien hubo un porcentaje menor en comparación con  2019, se incrementó el trabajo adolescente. Es así que el 35% de las niñas y adolescentes encuestadas afirman que durante la pandemia han visto que en sus comunidades niños, niñas y adolescentes trabajan, el 25% manifestó que se vio obligada a hacerlo para apoyar de manera voluntaria a sus familias, el 2,7% porque necesitaba ahorrar dinero y el 2,6% porque se vio forzada por sus padres o cuidadores a generar ingresos.

Además, el 82% de las niñas entre 5 y 16 años realizan tareas domésticas, esto reflejaría cómo la extensión de los patrones de género han “normalizado” la situación de trabajo en esta población. Esta problemática trae como consecuencia que se ponga en riesgo su derecho a una educación plena. (AVV)

“Las crisis nos han demostrado que quienes enfrentan más violencia (falta de acceso a servicios y garantía de derechos) son las niñas y adolescentes”, Anahi Almeida, asesora nacional de género de Plan Internacional

“Hablar de manera integral de la sexualidad, previene la violencia sexual. Te da insumos para que tomes decisiones informadas”, Anahi Almeida, asesora nacional de género de Plan Internacional

El estudio ‘retroceso en derechos de niñas y adolescentes a partir de la pandemia ‘utiliza una metodología de levantar información en corto tiempo y se usa en situaciones de crisis.
Según estudio, adolescentes entre 16 a 18 años son las más afectadas en cuanto a salud, educación, alimentación y sistemas de protección social