El sargento Freddy Laaz murió tras un enfrentamiento con dos delincuentes en el norte de Guayaquil, la noche del martes 18 de enero.
La Policía lleva un registro de los ataques contra los uniformados. Ahí se observa la fecha y el lugar en el que los criminales los atacaron. 2018 y 2021 fueron los años más violentos para los agentes que murieron por impactos de bala de pistolas y ametralladoras.
Las historias
Rosa Elena Gaibor todavía tiene en su casa la bandera tricolor que le entregó la Policía en el velorio de su esposo, el sargento Jorge Fernando Chiliguano. Él murió tras recibir un impacto de bala en su cabeza, el 13 de junio de 2021, cuando detuvo a dos delincuentes en el sur de Quito.
Gaibor cuenta a LA HORA que todos los días piensa en él. En la casa hay retratos de Chiliguano junto a sus dos hijas y muy cerca están las cartas de condolencias que le llegaron de distintas partes del país y de un sinnúmero de autoridades.
Ella se enteró por las noticias sobre el asesinato del sargento Freddy Laaz, miembro del Grupo Especial Móvil Antinarcóticos, ocurrido la noche del martes 18 de enero de 2022, en Guayaquil. Por eso se solidarizó con la esposa del uniformado y con sus hijos. “Sé lo que se siente. Es duro. Cada día es extremadamente difícil levantarse, salir de la cama, llorar en silencio para que nadie más te escuche pensando en tu marido”, cuenta Gaibor.
Laaz falleció tras un enfrentamiento armado contra dos sospechosos que asaltaban un local comercial del sector Samanes. En el tiroteo, el sargento logró abatir a uno de los delincuentes, pero recibió impactos de bala que provocaron su deceso. En videos se ve a la esposa, con quien había salido a comer, pedir ayuda para trasladarlo a una casa de salud.
El último año hubo un repunte de ataques
La Policía informó que desde 2017 se registran 19 asesinatos a uniformados mientras cumplían su trabajo. Los años más violentos fueron el 2018 con 6 ataques mortales y 2021 con 7. En lo que va de enero, ya se contabilizan dos bajas. (ver infografía)
El 19 de diciembre pasado, el sargento Duesis Valencia Caicedo murió tras un ataque armado a la UVC de Guacharaca en Esmeraldas; se encontraba de turno.
Miembros de una banda delictiva dispararon desde afuera de la infraestructura como represalia a los trabajos antinarcóticos que emprendieron los agentes de esa unidad en la zona. Días antes, los policías comunitarios habían borrado grafitis de la banda narco delictiva de Los Tiguerones en paredes del sector. 10 días antes, el cabo Álex Cuenca también murió mientras realizaba trabajos en contra de la minería ilegal.
El 7 de abril de 2021 murió el agente Jesús Intriago Zamora, de 22 años. Él participaba de un operativo antidelincuencial con el Grupo de Operaciones Motorizadas (UMO). Delincuentes lo atacaron en una vivienda localizada en el recinto Los Laureles, de la parroquia rural Mata de Cacao de Babahoyo, en Los Ríos, cuando se ejecutaba un allanamiento.
Ataques con saña
El director de operaciones de la Policía, Fausto Salinas, dijo que cada vez los ataques se hacen con más violencia. Los informes de inteligencia de la institución señalan que los delincuentes usan armas de largo alcance que, en ocasiones, superan la capacidad de respuesta oficial.
En videos grabados y viralizados por las bandas se observan disparos al aire de personas que utilizan escopetas, ametralladoras y subametralladoras de uso militar. La comandante de la Policía, Tannya Varela, aseguró que se trabaja con las policías de Perú y Colombia para detectar y combatir el tráfico de armamento.
El especialista en Seguridad, Douglas Casteló, señaló que las bandas son financiadas por el narcotráfico y desafían al Estado con demostraciones públicas. Por eso se viralizan videos en los que hacen una exhibición de su fuerza de ataque.
Solo en uno de los operativos que ejecutó la Policía para detener a sospechosos del ataque en Guacharaca, los agentes decomisaron una subametralladora, un revólver, dos silenciadores, un vehículo, 101 indicios balísticos, 1 cartucho 9 mm; 23 vainas 9mm ,10 vainas cal. 45; 17 vainas 5,56; 1 bala cal. 45; 2 balas 9 mm; 13 balas deformadas; 19 encamisados, y 15 fragmentos.
Es indignante e incomprensible que un policía, como el cabo Santiago Olmedo, que protegía la vida de un adolescente, sea condenado. La @PoliciaEcuador debe tener las garantías para cumplir con sus deberes. Le daremos todo el apoyo necesario para que recupere su libertad.
— Guillermo Lasso (@LassoGuillermo) January 19, 2022
Más apoyo
Rosa Elena Gaibor comenta que después de siete meses del asesinato de su esposo, todavía no accede a la pensión del Seguro Social de la Policía (Isspol). Añade que el papeleo es “interminable” y se cuestiona por la agilidad de los procesos. “¿Yo qué saco con todas las condecoraciones y notas de pésame si la Policía todavía no atiende los requerimientos. Estoy esperando el apoyo ofrecido”. Dice que tuvo que renunciar a su trabajo para poder hacerse cargo de su casa y de sus dos hijas. “Todavía no me ha llegado un centavo”, advierte y pide una solución de las autoridades.
Un Policía es sentenciado por abatir a dos sospechosos
El policía Santiago Olmedo fue sentenciado ayer, 19 de enero de 2022, a tres años y cuatro meses de cárcel por extralimitación de la fuerza. El agente fue procesado luego de abatir a dos personas involucradas en un asalto a mano armada, el 11 de junio de 2021. El uniformado defendió a un menor de edad de los supuestos delincuentes.
Tras conocerse el fallo de un tribunal penal, la defensa señaló que apelará. Olmedo lamentó la decisión y dijo que hizo su trabajo.
La ministra de Gobierno, Alexandra Vela, calificó de insólito “que un servidor de la Policía Nacional, que utiliza su arma para salvar la vida de un ciudadano, sea condenado”. La funcionaria señaló que Olmedo “cumplió con su deber” y adelantó que lo apoyarán hasta que recupere su libertad.
Mientras que el presidente Guillermo Lasso publicó en su cuenta de twitter que, “Es indignante e incomprensible que un policía, como el cabo Santiago Olmedo, sea condenado…” terminó diciendo que brindará el apoyo al uniformado hasta que recupere su libertad.