Toda ciencia entrega nuevos descubrimientos para beneficio de la sociedad, lo cual requiere voluntad y constancia, tanto de los científicos como de los gobiernos; de los centros de investigación existentes y, los que deben crearse con tecnología. Es muy trascendente resaltar que la investigación y estudio de las enfermedades humanas y sus antídotos, ocupan en teoría el primer lugar en toda la escala de importancia y valores. Cada cierto tiempo nacen o se crean nuevos virus mortales, ya por la contaminación industrial liderada por la voraz ambición económica de los empresarios, ya por el interés del poder político de las potencias o, ya por el mal uso del medio ambiente. A un año que el Covid-19 está azotando la población ecuatoriana y mundial, y los científicos no encuentran el remedio, aunque algunos países han logrado desarrollar vacunas, con las cuales ya se empezó a vacunar a los ciudadanos. Un triste destino golpea al Ecuador con nuestros presidente y ministros, que en vez de insistir en el desarrollo de la ciencias médicas consignando mayor presupuesto, logística y tecnología para la investigación, prefieren eliminar el Instituto de Higiene “Izquieta Pérez” que tanto servicio entregó a la salud ciudadana; por el contrario, lo deben fortalecer, incorporando profesionales con vocación a la investigación; estaríamos en niveles de crecimiento y, no sería raro que hubiéramos encontrado la vacuna para este virus con su nueva cepa mortal. En cambio, distraen los fondos del estado sosteniendo burocracia innecesaria y usando la inteligencia para robar y destruir el país. Grandes Hernández dijo: “el progreso consiste en luchar contra todos los actos injustos”. En el Ecuador y el mundo todos los días se cometen injusticias extremas como la de cerrar el Hospital Delfina Torres de Concha y el Instituto Izquieta Pérez en el país; corresponde decidirnos y reconquistar nuestro derecho, eligiendo dignatarios responsables.
Ab. Armando Daza Q.