El Estado Islámico

Hever Sánchez M.

Como muchas otras organizaciones llamadas terroristas, el llamado Estado Islámico tiene sus orígenes en la invasión por parte de Estados Unidos a Irak. Como la violencia genera violencia, este acto ilegítimo y desproporcionado dio nacimiento al califato de ISIS que ahora ha tomado el nombre de Estado Islámico.

Nacido en el corazón mismo de Iraq, ahora comparte territorio con Siria y se proyecta a ocupar otros vecinos árabes. Se nutre económicamente del petróleo que incautan a Irak y Siria, tienen un amplio territorio e incluso cuentan con su propia capital Raqqa.

Las constantes provocaciones de occidente más Israel, los constantes repartos de los recursos naturales de los países árabes han dado lugar a la creación de estos entes extremistas que en su desesperación por detener las incursiones de sus enemigos, han formado un califato que reclama la obediencia no solo de los ciudadanos de los territorios que ocupan sino de todo el mundo musulmán.

Una de las amenazas contra las que lucha el Estado Islámico, es la intención de Israel de extender sus fronteras desde el río Nilo hasta el Éufrates. Tras bastidores, entre Francia e Israel se estaría preparando una guerra para administrar los territorios que ocupa el califato; es decir los comprendidos entre Iraq y Siria. Desde allí podrán administrar directamente al mundo árabe y establecer una forma de sometimiento desde el corazón mismo del mundo árabe y derribar a los gobiernos de países vecinos que se resisten a la expansión israelí y a la expropiación de sus territorios por parte de Occidente.

Ahora, tres potencias internacionales Estados Unidos, Rusia y Francia, (todos miembros del Consejo Permanente de Seguridad de la ONU) se han unido para declarar la guerra al Estado Islámico. Con su aniquilación estarían dando luz verde a los planes de Francia e Israel señalados anteriormente y quedarían en la indefensión los gobiernos hostiles a la agresión occidental.

En definitiva en el panorama geopolítico no habrá cambios al menos en un futuro cercano. Lo que sí es verdad que los cientos de asesinatos que se registran diariamente en esta parte del planeta no reciben la solidaridad internacional ni de las redes sociales ni sus banderas flamean en los perfiles de sus usuarios. (O)