Las mujeres todavía guardan silencio ante el maltrato

Las mujeres todavía guardan  silencio ante el maltrato
Evento. Un plantón por el Día de la No Violencia Contra la Mujer se desarrolló ayer.

La Casa de Acogida para la Mujer Vulnerada Jesús de Nazaret, fue inaugurada hace aproximadamente cuatro meses, por el departamento de Desarrollo Social del Municipio de Ambato, para brindar ayuda a las mujeres violentadas de la provincia.
Tungurahua tiene uno de los índices más altos de violencia de género, y a pesar de ello, a esta casa de acogida no han acudido tantas mujeres como se esperaría, al momento este lugar alberga a una mujer con su hijo, y atiende a otras seis de manera ambulatoria.
Según Gabriela Rodríguez, directora del Departamento de Desarrollo Social del Municipio, esto sucede debido a que las personas todavía no conocen a cabalidad el fin que tiene la casa, para ello, mencionó que se está trabajando en la difusión.
Rodríguez además explicó que se trata de un tema sociocultural en donde las mujeres agredidas tienen vergüenza de ir a buscar ayuda a un lugar externo y prefieren quedarse donde algún familiar o conocido.
Sin embargo, agregó que en este tipo de centros, es común que esta situación se dé, por ello seguirán trabajando para que las mujeres no opten por el silencio.
A decir de Hortensia Hernández, activista del Comité de Mujeres de Tungurahua, esto sucede debido a que la sociedad “nos ha enseñado a callar y comprender, es muy difícil romper esos esquemas, mientras menos cultura se tenga es peor, la clase media tiende a tapar la violencia de sus compañeros y a aguantarla”,
Hernández además mencionó que el silencio se incrementa debido al sistema, “existen casos de mujeres que acuden a las unidades de vigilancia comunitaria y son atendidas por hombres y no sienten la confianza que necesitan”.

¿Por qué el silencio?
Según Hernández, las mujeres que han sido víctimas de algún tipo de violencia, sobre todo de violencia sexual, tienden a pensar que son responsables de ello, debido a que la sociedad así lo ha forjado.
“Vivimos en un mundo en donde nos venden esquemas de belleza, modas y mujeres sexis, pero el momento en que las usamos, entonces estamos provocando a los hombres”.
Ana Ortiz, psicóloga clínica, explicó que las mujeres agredidas guardan silencio por dos razones, por baja autoestima o por dependencia a su pareja.
“Cualquier tipo de maltrato, viene acompañado por la violencia de tipo psicológica en donde el agresor logra que la mujer piense que no vale, que no sirve y que merece lo que le está pasando, por ser incapaz o por otras ideas que se han implantado en la víctima, ellas no se sienten capaces de defender sus derechos”.
Cuando la razón es la dependencia, el caso implica también baja autoestima, y una mujer se calla por miedo a perder a su pareja.
Hernández por su parte mencionó que “en Ambato es como si la mujer no valiera nada si no tiene un hombre a su lado, el fin último de la mujer es casarse y eso lleva a la dependencia”. (AM)