Las ruinas del malecón de Las Palmas de Esmeraldas

Por: FABRICIO GUERRERO

La obra emblemática de Esmeraldas, una de sus principales destino turístico, el Malecón de Las Palmas, en ruinas. La falta de mantenimiento se nota más cada día en una obra que tiene poco más de 5 años y costó 54 millones.

En dicha obra, actualmente no se puede caminar sin ver el camino de madera destrozado, sumergido en maleza y arena, con tablones de madera rotos, podridos o simplemente ausentes. ¿Cómo podemos soñar si quiera con una reactivación turística si una de nuestras mejores atracciones se encuentra destrozada?

La situación es verdaderamente impresentable y se ha prolongado más que suficiente. No concibo cómo se puede recibir a los turistas en las condiciones en las que se encuentra el malecón. Una playa hermosa como Las Palmas no puede ser presentada de tal forma. En los mejores atardeceres que puede ofrecer esta patria, resalta la falta de cuidado a nuestra tierra. ¿Qué mensaje damos como ciudad? Que Esmeraldas, lamentable y efectivamente, es tierra de nadie.

Y no, la solución no es la brindada por el Municipio, el cual “gentilmente” se ofreció a manejar el presupuesto de FLOPEC para brindar mantenimiento al Malecón. Dicha propuesta fue criticada (sin sorpresa alguna) por el pueblo esmeraldeño dado que primero, antes de si quiera proponerse a solucionar el problema del Malecón, deberían enfocarse en el problema de décadas para Esmeraldas, el agua potable, o el manejo de la basura e inclusive el tema del alcantarillado. Eso sin mencionar la intención de catalogarnos como “ciudad inteligente” antes de resolver todo lo antes mencionado.

En Esmeraldas tenemos todo para ser una potencia turística. Playas hermosas a lo largo de la provincia, manjares gastronómicos que te hacen extrañar la tierra cuando estas lejos, e inclusive el privilegio que tenemos como esmeraldeños de estar rodeados de abundante naturaleza y calidez. Ecuador tiene una joya verde deteriorándose, ignorada con su basto potencial y rica cultura. El tiempo pasará y el silencio nos costará. ¿Quién podrá ayudarnos? Nosotros mismos.

La protesta se expresa alzando la voz, escribiendo, pero jamás quietos o conformes. Recuerden, somos libres por rebeldes y por rebeldes grandes.