El Regocijo, en zona de peligro

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AFECTADOS. Unas 20 familias habitan en una zona de riesgo. Piden ayuda a las autoridades para ser reubicadas.

Alrededor de 20 viviendas están siendo afectadas producto del deslizamiento de tierras en la loma del Mirador No.1

Hace 15 días la preocupación de los pobladores del barrio Regocijo, en el sector del Mirador aumenta, debido al deslizamiento de tierra producto de las fuertes lluvias en la zona. Los moradores están preocupados por las paredes agrietadas en varias viviendas en donde habitan niños, personas de tercera edad y discapacitados.

Actualmente existen viviendas cuarteadas y el suelo se halla con grietas en la mitad de las casas por más de seis centímetros. “Tenemos miedo porque nuestra casa se nos puede venir encima, el terreno aquí quedó agrietado por lo que se hunde la tierra, el domingo a la 01:45 se cayó un pedazo de pared que casi le cae a mi hijo”, comentó Samira Angulo, afectada.

Prevención

Holguín Santos tuvo que ubicar sacos con arena y madera para sostener su casa. Mientras que Mónica Proaño, otra moradora, teme que el deslizamiento de tierra pueda destruir su casa.

Los habitantes del sector piden a las autoridades que hagan algo por ellos. Están con preocupación y sin poder dormir; cuando llueve el riesgo es mayor. “No podemos estar así, necesitamos la ayuda de la autoridad competente para que nos den soluciones de manera inmediata o nos reubiquen”, señaló Rosa Molina, afectada.

“Es el clamor de nosotros hacia quienes deben trabajar por este problema, porque existen alrededor de 20 viviendas cuarteadas y que ya no se pueden habitar, deben enviar maquinarias para salir del riesgo, hay muchos niños y ancianos que pueden verse afectados si se derrumba alguna vivienda”, argumentó Carla Sosa.

El director de Riesgo Municipal, Betto Estupiñan, manifestó que levantará un informe socializando la información de lo que pasa en el sector para dar a conocer de manera inmediata la problemática en la que viven los habitantes, ya que es una zona de peligro.

DATOS
La reparación de fisuras superficiales se realiza con la aplicación de masillas, mientras que para las más grandes se sugiere la intervención de un aparejador.