¡Que coman pasteles!

La revolución francesa es uno de los hechos más importantes de la historia. Consistió en la abolición de la monarquía absolutista, y la instauración de un sistema republicano. Además, demostró cómo la insensibilidad, arrogancia y falta total de empatía por parte de una elite hacia el pueblo puede formar un caldo de cultivo de protestas y descontento social que, en su época, terminaron por tomar, literalmente, algunas cabezas. Una de las grandes muestras de esta falta de empatía la enmarcaron con la frase “¡que coman pasteles!”, supuestamente dicha por la nobleza francesa ante sus requerimientos de pan, alimento básico de los campesinos franceses.

En fin, siglos han pasado y el mundo ha logrado grandes avances en materia de justicia social desde este hito histórico. Sin embargo, parece ser que en el Ecuador ha retrocedido en la historia con el actual gobierno. Frente a un pueblo que el pasado martes cumplió un año desde el inicio del confinamiento en el país, en condiciones de pobreza no vista en años, y que efusivamente demanda unas vacunas para frenar un poco esta crisis sanitaria y económica; la plutocracia gobernante ha respondido vacunando sin un ápice de vergüenza a la elite del país. Sí, los mismos que reniegan del estado cuando este les quiere cobrar los debidos impuestos, ahora se sirven del mismo para adquirir el mayor de los privilegios en esta pandemia, la vacuna.

A la par, se pide a los no privilegiados que tengan paciencia con el proceso de vacunación, por si no fuera poco el hecho de encontrarnos en los últimos puestos de personas vacunadas por cada cien mil habitantes (0,4) en la región. Es así como con el acto inhumano que acaban de realizar le están diciendo al pueblo que coman pasteles a falta de pan.

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