Motivos trascendentes

Emily Torres Larriva

A pocos días de cerrar un mes crucial, por un lado, la situación alarmante en el área de la salud que sigue dejando cientos de muertos, y por el otro, los resultados de la voluntad de los ecuatorianos en cuanto a las dignidades para la función ejecutiva y legislativa.

En los próximos meses veremos la posesión del nuevo gobierno y su gabinete, poco a poco se nos informará sobre las nuevas políticas y los cambios que traerán.

En democracia más allá de estar de acuerdo con lo elegido en urnas, nos queda aceptar la voluntad soberana, esto nos genera mucha preocupación puesto que las dignidades que elegimos semanas atrás tienen un gran encargo, y cada una de las decisiones serán trascendentales para lograr una profunda transformación.

Representar a diecisiete millones de personas es un encargo gigantesco, va más allá de la experiencia o la trayectoria profesional, esta responsabilidad no puede ser completa sin el espíritu de solidaridad, y la vocación de servicio.

Debería ser un requisito conocer los motivos que llevan a una persona buscar un curul en cargos públicos, este es un complemento para un representante y accionante de la voluntad popular.

Si le damos poder a una persona que se mueve únicamente por motivos extrínsecos (búsqueda de fama, gloria, ganancias económicas) difícilmente se preocupará por el bienestar social y nos veremos reflejados nuevamente en la historia, en todos los políticos que han engordado sus cuentas y han abusado de sus dignidades.

Servir es el legítimo motivo trascendente que debe mover a las personas que intentan ocupar un cargo público, caso contrario, difícilmente se reconocerán las necesidades reales del país, hay que dejar en segundo plano los deseos e intereses personales.

Un nuevo gobierno trae esperanza, esperamos que la banda del país esté sobre el pecho de hombres y mujeres sensibles, solidarios, con vocación, que llegue el sol y termine la oscuridad muy pronto.

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