Malcriados y traviesos

Rogelio Morales Cattani

En el mundo siempre existen los niños malcriados, traviesos y retobados, los que suelen burlarse de todos (pueblo), pero entre ellos no se inculpan (políticos) y cuando la maestra (justicia), quiere poner orden en la clase (país), los retobados o sabidos se unen (pactan), por aquello que culebra no come sapo.

Los evangelios “Apócrifos”, aquellos que la religión católica los ha mantenido escondidos en secreto y los libros llamados “Heréticos”, considerados lecturas emponzoñadas, aunque fueron escritos por iluminados o ilustrados, no convenía que estén al alcance de todos.

En Ecuador supuestamente existen libros “Apócrifos” de la historia de Odebrecht, por ejemplo, que no conviene que la gente se entere y permanecen ocultos, pretendiendo convencernos que solo en una ciudad, o solo en este país, esa empresa corruptora, no repartió coimas entre los políticos como lo hizo en toda Latinoamérica.

Los libros “Heréticos”, posiblemente son los que contienen los informes “extraviados” del asesinato de un General. La verdad del 30-S con inocentes que perdieron la vida y un hospital atacado a bala. Los manifiestos de carga de los aviones presidenciales que volaban sin pasajeros. Las inversiones del IESS, ISPOL. Cuáles son las glosas desvanecidas, etc., etc…

No se necesita vivir en la época de la Inquisición para observar por qué nunca el uno acusó al otro, o el otro nunca acusó al uno.

La respuesta está en “los pactos” perpetrados a espaldas del pueblo, alianzas entre niños malcriados y traviesos, (los mismos de siempre) que ahora asustados, ante la remota posibilidad que los libros “Apócrifos” y “Heréticos” de nuestra sufrida patria, alguien al son de las canciones de JJ, revele nombres de gente que se cree impune, no han tardado en quitarse la careta y no han dudado en “tratar de pactar” con un sector indígena manipulable, a quienes uno los tildó de millonarios de ponchos dorados y el otro les envió a que usen esos ponchos en el páramo.

Los malcriados, traviesos y retobados, ahora aparentemente se han vuelto desestabilizadores.

[email protected]