Las condiciones económicas actuales obligan a quienes tienen un negocio o una empresa, a buscar de diversas maneras, la oportunidad de mantenerse vivos en el mercado y recordados en la mente de los consumidores.
Es por ello que, hemos sido testigos del cierre de varios negocios o empresas, del nacimiento de muchos emprendimientos y por otro lado a aquellos que le han apostado a la innovación o transformación, para lograr ser mejores o más competitivos en un mercado, donde lo que menos existe es la fidelidad de los clientes.
Y es que el innovar puede sonar fácil de hacerlo, siempre y cuando entendamos qué hay que innovar y cómo, es por ello que el equipo de trabajo o quienes lideran la empresa, deben poseer ese compromiso y ese amor por ella, ya que hablamos de transformar la mentalidad, hacia una de crecimiento, lo que nos ayudará a desarrollar el pensamiento estratégico, logrando encontrar la solución de problemas y desafíos.
Otro aspecto fundamental, a considerar dentro de la innovación, es el nivelar los conocimientos, esto quiere decir aprender diariamente y de forma constante, y de todos aquellos que le aporten valor a mi empresa, producto o servicio, pero sin lugar a dudas uno de los aspectos más sobresalientes y que es un eje transversal, en la mejora continua de toda organización, pero que es dejado de lado por muchos gerentes y dueños de negocios, es la capacitación y entrenamiento continuo del personal.
Y es dejado de lado, porque pensamos que el entrenamiento no es algo muy relevante y necesario, a la hora de obtener resultados satisfactorios, cuando está demostrado que es una herramienta muy efectiva que ayuda a mejorar el desempeño de nuestros trabajadores, pero para entender aquello debemos mirarlos como ese capital humano, con el que enfrentamos desafíos, resolvemos conflictos y porqué no decirlo ‘soñamos juntos’.
Por esto y muchas otras razones más necesitamos innovar, pero no solos, juntos, porque solo así seremos más competitivos y alcanzaremos los objetivos planteados, no solo de la empresa o negocio, sino también los propios, los familiares y el de la sociedad entera.