La «voluntad política» del parsimonioso mandatario, sólo es el modo de engañar con palabras adecuadas, para hacer lo contrario a lo que dice. Es el método como el comunismo, del 17 al 98, y actualmente el narco-comunismo, manipulan el lenguaje. ¿Recuerdan cuántas veces dijo que hará Consulta? Al menos tres; cada vez cambió el motivo de la Consulta; pero no hace la Consulta con las preguntas incluidas en la Reforma Constitucional, aprobada por la CC. Demuestra que es un alumno aprovechado del narco-terrorismo, conformó, desde el Ejecutivo, una «Comisión Anticorrupción», al estilo del neocomunismo que instauró el narco-Estado, creando la Función de Transparencia y Control Social, encargada de designar los funcionarios del Estado, a través del CPCCS, que por ser estatal, es una aberración, porque el control social y la participación ciudadana, no pueden provenir del Estado, al que debemos controlar los ciudadanos. Es un error, porque no puede el órgano controlado, escoger su controlador. No es ético, es inherente al narco-comunismo inmoral, falaz.
Es similar a proponer que las familias del crimen organizado trasnacional, deleguen representantes ante el Directorio de INTERPOL. Debemos dejar de ser condescendientes, votamos por Lasso, lo apoyamos desde 2017; pero si no hace Consulta, para desarmar el narco-Estado, demuestra que es peón del narco-terrorismo internacional. Evidencia que cumple la consigna de aparentar que en «elecciones libres» ganó un régimen «liberal, democrático»; para legitimar el retorno del narco-terrorismo, mediante «elecciones libres» el 2025 y permitir su perpetuación e impunidad.
El narco-terrorismo no es un partido político, dispuesto a ganar o perder cada 4 años, es una organización criminal que trabaja para atracar los bienes de las Naciones, manteniendo el poder. Están 63 años en Cuba; en Nicaragua, 42; en Venezuela, 24; en Bolivia, 15; Chile copia la Carta Montecristi, para sostener al trastornado neocomunista que acaba de elegir.