Actitud insolente

CARLOS CÉSAR CONCHA JIJÓN
CARLOS CÉSAR CONCHA JIJÓN

Considero que la actitud que han tomado algunos legisladores, que vislumbraron la esperanza, está empañada de insolencia, cuando se olvidaron que son representantes del pueblo y pretenden ser jueces y partes con poderes especiales para ir al rescate de los presos de un grupo de delincuentes organizados, que fueron juzgados y sentenciados por atentar contra las leyes del país.

Es posible pensar que estos pretensos salvadores son ciegos, sordos y torpes, al no darse cuenta que representan al pueblo ecuatoriano. Tengo entendido que sus acciones están impulsadas equivocadamente por el fanatismo, que no les permite ver que no están ahí como salvadores de compadrazgos, afinidades politiqueras o pasiones deleznables que degradan al parlamento.

No es posible aceptar ningún tipo de disculpas y permitir que en la asamblea se arme una tramoya para que, de un solo tajo de inmoralidad, se adueñen de la respetabilidad institucional, en una alianza cargada de insolencia, en la fragua de supina ignorancia al pretender pactar para liberar a los presos, condenados como delincuentes. Es de entender que esta pretensa trama no guarda relación con la función de un legislador, entendiéndose que los ideólogos de este atrevimiento están arando en el mar; “sin son, ni ton”.

Se ha hablado que un grupúsculo en la asamblea propiciaba la creación de algo así, como una comisión para la verdad, que llegaría a ser la gran mentira, terminando por ser identificada como mera pirueta política pretendiendo liberar a los coidearios presos. Actos de esta naturaleza producen efectos sarcásticos, que rayan grotescamente en el atrevimiento para terminar naufragando en la “sin razón” con un aditamento dañino que le quitaría respetabilidad y presencia a la asamblea.

Crear una comisión de la verdad auspiciada por correistas para salvar a coidearios presos, juzgados y condenados por las leyes ecuatorianas, por lo que no procede la pretendida trama por no existir justificativo alguno, pero sin embargo aumentaría el calificativo o oprobioso que nubla la historia de los últimos cuatro años de una asamblea calificada por el pueblo ecuatoriano con una nota de 2% de aceptación.