Eddy Arrobo Rodríguez
A puertas de la Navidad, festividad religiosa en la que conmemoramos el nacimiento de Jesucristo, vale la pena preguntarnos sobre su verdadero significado, pues para muchos, la Navidad se resume en la entrega de regalos y la cena. Sin embargo, como católicos, sabemos que el significado de la Navidad es más profundo y espiritual, pues se convierte en la época propicia para volver a los valores humanos que durante todo el año han estado en el olvido y de esta manera afloren valores como: la solidaridad, la generosidad, la unión, el amor, el perdón y la esperanza.
Hoy que atravesamos una pandemia con sus variantes que ponen en el filo de la enfermedad y la muerte a la humanidad, debemos empezar a repensar la forma de vivir y sentir la Navidad, dejar atrás la vanidad y consumismo y reemplazarlos por las navidades mágicas e inolvidables que se llenan de recuerdos y se sustentan en el amor familiar. Que el regalo a nuestra comunidad sea el cuidarnos los unos a los otros, pues lamentablemente, hay muchos que no respetan nada, atentan contra la salud y no valoran el don de la vida. Que el mejor regalo para las generaciones venideras sea el compromiso de cuidar a nuestro prójimo y el planeta. Que seamos hombres y mujeres que vivimos en la fe, para no convertirnos en súbditos de la mala convivencia, amargura y egoísmo. Sin duda, el regalo más esperado será el abrazo de nuestros seres queridos y la oración en recuerdo de quienes ya no están.
Que esta Navidad nuestro corazón se convierta en el pesebre que arrulla al Niño Dios y nuestros hogares abran sus puertas para dar albergue a la Sagrada Familia. Que la estrella de Belén nos ilumine y resplandezcan los valores del respeto, generosidad, gratitud, solidaridad, cortesía y esperanza. FELIZ NAVIDAD.