Vertedero

Un vertedero es aquel lugar en el que se vierten o depositan basuras o escombros. Hoy me refiero a un vertedero en particular, uno de inmundicia, que es en lo que se han transformado las redes sociales, que nacieron con el objetivo de comunicar a las personas, de dar noticias, de alumbrar descubrimientos, de servir como un maravilloso descubrimiento de la ciencia y la creatividad.

Pero, y ahí viene el problema. Las redes se están transformando en un desafortunado vertedero de basura, a través del cual se desfogan las peores inmundicias, las más bajas pasiones, las deliberadas insinuaciones malévolas, calumnias, mentiras solapadas, ironías que hieren y que no reflexionan en el daño que se puede hacer a la honra de las personas, a la integridad de la familia y a la fe pública.

Los trolls y sus centros destinados a atacar con mentiras e infamias desde la obscuridad del anonimato, proliferan sobre todo en el campo de la política y en época de campañas electorales.

Es un escupitajo lo que muchas personas lanzan, algunas pseudo connotadas, vertiendo un veneno que seguramente les sirve de catarsis a mentes enfermas y poco educadas, que no saben que con la honra no se juega.

Descalificar a todo y a todos es estrategia de los corruptos que tratan de enlodar y homogeneizar a las personas, de tal manera que parezca normal ser deshonesto, ladrón, corrupto, porque  en medio de tanto lodazal pasan desapercibidos sus propios pecados.

En esta época de campaña y de debates, cuando han sido algunas personas, muchas de ellas mujeres, las que se lanzaron al ataque, como fieras con rabia, en contra de la comunicadora y educadora Claudia Arteaga, mi hermana, que asumió el reto, con valentía y agallas de conducir el debate nacional, como una contribución cívica de enorme relieve. No porque sea mi hermana debo dejar de reconocer su valía y rechazar la campaña malévola que se desató en su contra.