Ómicron o el Armageddon

Tenemos un nuevo enemigo. Se llama Ómicron y ha encendido las alarmas de la Organización Mundial de la Salud, al igual que la de varios países en el mundo. Mientras escribo estas líneas, Reino Unido, Japón, Bélgica, España, Canadá, Botsuana, Austria, Australia, República Checa, Dinamarca, Alemania, Hong Kong, Israel, Italia, Países Bajos, Portugal, Sudáfrica y Suecia. Seguramente la lista seguirá creciendo con el paso de las horas y los días.

Cuando estábamos más relajados y con ímpetu de festejo navideño, el virus y sus mutaciones vuelven a amargarnos la fiesta. ¿Qué sabemos de Ómicron? Todavía muy poco. Que es más transmisible, que podría resistirse a la vacuna original y que los síntomas se parecen más a la gripe común. En Sudáfrica se habla de dolor de cuerpo, picor en la garganta y mucha fatiga.

Lo cierto es que ante esta nueva amenaza los ecuatorianos necesitamos regulación y rigurosidad. Pues no nos caracterizamos por ser precisamente disciplinados. Como la variante aún no ha llegado a nuestro país, hacemos de oídos sordos a los noticieros y mejor seguimos con la libertad que hemos recuperado. Las reuniones sociales sin distanciamiento y sin mascarilla son una realidad y mucho nos costará cambiarla.

Y es que, poco nos detenemos a pensar que, si bien Ómicron es todavía una probabilidad lejana, la variante Delta está azotando la capital, entre otras ciudades. Aún entre personas vacunadas.

Hay 1200 nuevos casos y las hospitalizaciones suben. Las unidades de cuidados intensivos siguen recibiendo pacientes como consecuencia del feriado de noviembre. Así, las disposiciones del COE Nacional deben monitorearse estrictamente. El uso de la mascarilla, el aforo al 50% y la exigencia de certificados de vacunación para espacios públicos y privados. Es mejor prevenir que lamentar.

Si por mi fuera quemaría las mascarillas con el año viejo, pero si quiero vivir para contar el 2022, mejor me aferro a ellas. La pandemia no termina y para que Ómicron no sea el Armageddon, pongamos nuestro granito de arena.