Lo que es moda no incomoda

Hace un poco más de un siglo las mujeres que querían estar a la moda debían mostrar cintura de avispa, para conseguirlo usaban corsé, un infernal artilugio que les causaba dolores continuos y problemas respiratorios. Lo aguantaba para estar a la moda. Esas señoras no hacían mal a otras personas, solo a sí mismas, tal vez llevadas por la vanidad y el afán de ser miradas y admiradas.

Otros personajes pusieron de moda el odio (lo cual se demuestra por el simple hecho de que sus seguidores declaran ahora que “ya no está” de moda) tal vez movidos por los mismos motivos, a los cuales se habría unido el afán de dominio, de afianzar con violencia verbal y física “el proyecto”. Es cosa sabida que los déspotas medran en un clima de miedo e indignidad.

Este modesto observador de la vida nacional no se halla muy convencido de que el odio haya pasado de moda; basta oír las declaraciones de algunos de los actores de la política nacional, de aquellos que, también, ansían ser mirados y seguidos, como aquel que afirmaba muy suelto de cuerpo que no se logran objetivos con marchitas de gentes llevando en las manos florcitas y palomitas blancas. No hay que olvidar que la paloma blanca es el símbolo de la paz, muy usado justamente por los marxistas para engañar a los tontos útiles a lo largo de la Guerra Fría; pero cuando las condiciones objetivas lo imponían, esos mismos seguidores de Marx, Lenín, Stalin y Mao usaban y usan el odio y su secuela natural la violencia sin ningún remordimiento. ¿Acaso no sentenció su profeta que “La violencia es la partera de la Historia”?

Otro socialista, Proudhon, llamado “utópico” por el presuntamente “científico” Marx, también proclamó que “Nada se consigue sin aquella potente palanca que es el odio”, porque inculcar la división visceral es un método para dominar y perpetuarse en el poder, no es solo vanidad, no, es procedimiento calculado con frialdad y ejecutado con pericia. No nos descuidemos, de lo contrario el odio volverá para quedarse, está en los genes de quienes dicen que ya no está de moda. Obligatorio recordar.