El barrio La Floresta se ha comportado como la heroína Manuela Cañizáres, la de la Revolución del 10 de Agosto de 1809, quien fuera nombrada con admiración en su tiempo como la mujer fuerte en alusión al personaje de las Escrituras. El historiador realista Don Mariano Torrente que relató en aquella época estos sucesos escribió sobre Doña Manuela Cañizares que a ella: “Se dio el nombre de mujer fuerte, tanto por el influjo que ejercía sobre los principales corifeos, especialmente con Quiroga, como por la serenidad de su ánimo, y por el varonil esfuerzo conque animaba a la empresa a los que manifestaban algún temor o desconfianza.” Emulando este digno temple, Quito ha recibido una bocanada de oxígeno. La buena nueva es el merecido logro conseguido a pulso por la Floresta para que se respete, valore y amplíe su inventario patrimonial. Así y con una perseverante lucha ciudadana al más alto nivel se reconoce de manera oficial la ampliación del inventario patrimonial de este barrio. Este ejemplo, debe ser seguido por más barrios amenazados como el barrio América, El Dorado, San Juan y otros. El acuerdo ministerial firmado por el Ministro de Cultura y Patrimonio, Julio Bueno, dispone: “Declarar como bienes del patrimonio cultural nacional a los ciento cuarenta y uno (141) bienes inmuebles identificados del Barrio “La Floresta”, Parroquia Mariscal Sucre, Distrito Metropolitano de Quito y validadas por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, los cuales se constituyen en documentos habilitantes de este Acuerdo Ministerial”. En lamentable contraste con esta noticia, residentes del Centro Histórico de Quito alertaron en sus redes sociales la preocupante caída del valor catastral de sus predios. Ellos sostienen que oscuros intereses quieren varias propiedades en medio de durísimas presiones que se agudizaron desde el régimen anterior y las recientes administraciones municipales. El deplorable estado actual del Colegio Simón Bolívar es una muestra de ello. La ciudadanía quiteña defiende su joya de la humanidad.
La Floresta, ejemplo quiteño.
