Embuste de vacaciones

Más allá de que el señor Arauz sea o no un buen candidato, tenga éxito o no en llegar a la presidencia de la República, nada le quita que es un embustero. Poco éxito es tener en un debate que negar que sea el candidato de Correa y su corte de los milagros, no querer hablar de las tropelías de las que participó en ese gobierno. No es mérito, sino falta de argumentos,  el atacar por nimiedades al otro candidato. Embuste es  tapar los crímenes del gobierno de Correa, no condenar la difícil vida,  ausencia de libertades y democracia en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Argentina. Al final poco le interesa  implantar la honradez y mejorar el sistema democrático, sino tomar el poder.

Muy ligeramente se habla de que el pasado no pesa. Y, sin embargo, se quiere manipularlo al antojo: Stalin falló, no el comunismo; Cuba no es una isla próspera, por culpa de los Estados Unidos; Venezuela, fracasa por culpa del imperialismo; Nicaragua es pobre, por culpa del neoliberalismo; Argentina se atrasa,  por culpa de las multinacionales antiperonistas; Correa es honrado,  por eso le persiguen las oligarquías.

George  Orwell afirma que “Quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controla el futuro”.  Tal es la habilidad siniestra del socialismo del siglo XXI, un enredo entre populismo,  marxismo y su amor-odio al   dólar, que demuestra su poca consistencia y que su único afán es perennizarse en el poder.

En el gobierno de Moreno tales embustes han estado parcialmente de vacaciones, pues no tenía otra vacuna. Todo a medias,  pues entre faquires no se esconde los clavos. Hoy en la Asamblea se han unido los compadres para su sucio juego: permitir el asalto a la reserva monetaria si es que gana su candidato. Los jueces ya estarán poniendo las barbas en remojo ante las presiones o cancelaciones que vendrán para  que se   anule la sentencia a Correa, se  absuelvan y pongan en libertad a Glas, Mera, Pareja, etc. De decapitar a jueces, fiscales, contralores, órganos de control, se encargará el repudiado Consejo de Participación Ciudadana, hoy bendecido por correístas y leninistas.