¿Cómo votar bien?

Entre tiktokeros, yotubers, anuncios de Facebook, twiter, videos y mensajes  por whatsapp, los seguidores del uno y el otro candidato, se han lanzado de todo tratando de favorecer a su presidenciable, en medio de una crisis sanitaria que nos mantiene en vilo, una vez que no son claros los mensajes del gobierno sobre cuándo y cómo seremos vacunados, al punto que también el Covid y su halo de muerte ha sido motivo de bromas en redes sociales, porque no se sabe siquiera si llegaremos al día de las elecciones o seguiremos la jornada desde el otro mundo.

Pero desde aquí o desde allá todos buscamos mejores días, anhelamos trabajo para tener una vida digna, gozar de servicios públicos óptimos en un país de paz y justicia, donde reine la verdad y nos relacionemos con respeto y consideración entre ciudadanos; sin embargo, pensar en estas condiciones parece una impertinencia porque lo común son las noticias de asesinatos, muertes violentas, sicariatos, desaparecidos y una escalada del narcotráfico sin parangón.

Vale preguntarnos qué va a pasar con nuestros niños y jóvenes en medio de esta selva implacable de maldad y arribismo, si el país no produce oportunidades que vinculen a esas poblaciones con quehaceres sanos y productivos. Qué va a pasar con el campo y sus tierras abandonadas porque no son rentables las labores en él, qué con los que migrantes hacia las ciudades para engrosar los inmensos cinturones de miseria.

Los ejemplos en el propio continente son claros. Los populismos socialistas, los narco gobiernos que venden a la izquierda como la panacea de la equidad han fracasado en la construcción de seres humanos dignos y se han convertido en productores de masas necesitadas a la búsqueda de sobrevivencia.

La decisión es nuestra, los paternalismos no funcionan, son solamente la posibilidad de ofertas, en ocasiones mentirosas, pero que aun siendo reales, se convierten en armas de dominación perversa de quienes gobiernan en pos de sus intereses.

Inversión extranjera y producción, son sinónimos de empleo y trabajo. Es la empresa privada la que debe crecer y emplear con dignidad y justicia en el marco de una acción estatal dedicada a dotarnos de servicios públicos de alta calidad, pues ya se ha visto que el Estado no es un buen administrador, porque las empresas que se han estatizado están quebradas.

El futuro es el resultado del presente y somos nosotros quienes con nuestro voto hundiremos o levantaremos al Ecuador.